martes, 8 de noviembre de 2011

De acá para allá

            A punto de darte la vuelta y dejar la orilla, de un día para otro, te despiertas y has dejado de ser un niño, aquel niño que cada vez que alguien le sonreía, él le sacaba la lengua.
Todo lo que había sucedido hasta ahora parecía un sueño, todo lo pasado anteriormente era como algo pasajero, o como si nada de eso hubiera ocurrido. De repente, tu pequeño olfato esta oliendo una gran oportunidad, tu corazón y tu cabeza te dicen que no se puede dejar pasar, si lo haces te arrepentirás dice una pequeña voz del lejano Oeste.
De pronto, todo lo que había en tu vida da un vuelco; recuerdos, canciones, palabras, imágenes, sensaciones, sentimientos… llegan a tambalearse tanto que algunas llegan a caerse y a perderse en un ligero olvido.
En este recién llegado Otoño te encuentras en una nueva habitación, esa habitación en la que cada movimiento que se hace, se olle un pequeño eco.
En un nuevo camino por el que poder perderse y en el que poder parar y observar, en el que te arañen y te cuelguen medallas, en el que se puedan cometer actos miserables, en el que se pueda decir…Siempre o Jamás…

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